Callate y coopera.

El fin de toda conversación es edificar y glorificar el nombre de Dios y no el nuestro.

¿Qué te dice tu Dios? 

La frase "la persona se hizó sola“ para mi carece de veracidad sostenible debido a que nada sale de la nada, y por ende, entender que el origen de todo está entrelazado de algo o alguien ofrece mayor carácter de sostenibilidad colectiva. 

Sí, en término de experiencia vivencial, nuestro proceso de construcción se hace mediante una interacción junto a otras miles de personas. Cada ser que hizó algo bueno o malo por nosotros, o nos dijó algunas palabras de aliento o aprobación, influyó en nuestra personalidad y nuestros hechos. Es por eso que se vuelven parte de cualquier resultado nuestro.

Tal pensamiento nos pone en el centro de una evolución colectiva que, bajo las leyes de interacción intrapersonal nos vemos en la necesidad de crecer a través del tiempo que invertimos queriéndolo o no, en los demás. Por lo tanto, eres igual de responsable cumpliendo o no tu cuota de responsabilidad en tu comunidad. Sea lo mejor o lo peor, así como aquél que tomó malas decisiones a favor de todos.

Que tu indiferencia no nos condene a todos. Porque tal vez no sea la falta de conocimiento que está destruyéndonos sino más bien, el hablar demasiado dejando ver nuestra carencia de acciones funcionales que pudieran ser respuestas viables. Pero no te callas y cooperas.

Y he ahí, nuestro fallo existencial. 

Desearía ver más personas actuando en buena fe, que hablando en buena fe. Es como si por doquier hay una competencia del mejor pensamiento, el mejor perfil y los mejores frases de motivación . Ahora lo que me da risa, es que se ve cuando estas frases y palabras con han sido trabajados desde el ser que lo emite. 

Rayos! ahora que lo pienso, debo mejorar me alimentación , no puedo hablarle de balance si no atino a trabajar mis brechas, con intención . Pero, es tan fácil hablar de los demás y tapar mi hueco en lugar de pagar el precio real de cumplirlo.

¿Dónde anda mi sello?

Hoy, me desperté con las ganas de gritar. De gritarle al mundo un poco de ese sentimiento mezclado con gozo, alegría pero, lleno de rabia y de inquietudes. De tanto pensarlo, no lo hice.

Bueno...
¿Seré el único a quién le pasa eso? 

Quién esté libre de pecado, que tire la primera piedra. 

Fue una de las primeras cosas que me pasó por la cabeza. Queriendo claro esta, caer en lo normal con el fin de evadir el afrontamiento de mi ser, cuestionando sobre las razones por las cuales he suprimido ciertos anhelos. Un subconsciente más rebelde que los revolucionarios que dieron luz a la independencia Haitiana.

Que ladilla; como dirían los venezolanos, que ladilla! 

Después de ser escandalosamente destrosado por las palabras de alguien que amo y aprecio mucho, dejándome ver el resultado parcial del proceso evolutivo que estoy sumergido. Encontré esa fuerza para decir sí, prefiero expresar esa misma carga con lápiz sobre papel. 

Le he ganado a mi subconsciente marcando bien claro un modus operandum nuevo. Claro, no se hizó esperar sus repetidos reproches y amenazas. 

 -Ya te veré buscando hacer inside de nuevo. 

Susurró a mi oído mientras, yo le respondía.

- Gloria a Dios.

Esto, para mi, es autocontrol y autoconocimiento. Porque al final del día, a quién le importa realmente lo que puedas gritar o no al mundo. Al sacarle provecho de lo que este pasando en la medida correcta de lo que tu estés dispuesto a vivir, le pondrá el sello de rey al mensaje que le envías al mundo.

Poner tu sello, no es más que tomar decisiones sobre lo que quieres que proyecte. Para bien o para mal, al final tendrá tu marca pero, realmente, ¿eres el amo o eres esclavo de tus emociones? Que no hacen más que ponerte en problemas después de vomitar todo lo que pasa en tu cabeza.

Y...

Es más, sabes qué?
Dejaré este texto así, y tú, le pones el sello que quieras.

Mientras tanto, voy a buscar un chocolate caliente con pan de agua, mientras preparo mi próximo viaje hacia el río más cercano. Porque esta, es el sello que quiero ponerle hoy.

Lo bueno del fracaso

Una vez le preguntaron a Thomas Edison sobre sus diferentes y constantes fracasos en el intento de crear una bombilla. Les respondió: " no fracasé, encontré 999 maneras de no hacer una bombilla." 

Espera, detengamos esto un minuto y pensemos un poco. ¿Se imaginan que sería de la humanidad sin bombillas? ¿Podrías imaginar tu casa, hoy, con una antorcha para alumbrar? Pero más aún, Qué sería de estas empresas que están produciendo día y noche, ¿Sería factible para ellos con tantos trabajos en la oscuridad de la noche sin una bombilla? 

No tengo estas respuestas pero una cosa sé, hoy en cada hogar, cada edificio, existe la prueba viviente de que un hombre hizó del fracaso el fardo para dejar un legado que hoy el mundo le es imposible no reconocer. 

Muéstrame un hombre satisfecho, y te motrare un fracasado. Y muéstrame un hombre exitoso, y te diré las cantidades de veces que ha fracasado. 

¿Y tú, qué tanto peleas y luchas queriendo que la humanidad resuelve las cosas que tú mismo deberías resolver?

Es tiempo de ponerte de pie y encontrar la mejor solución que tu mismo, puedes encontrar. Pero no olvides que cada error puede ser en una buena alternativa para que tu puedas aprender a hacer las cosas mejor. Solo depende de ti.