¿Te ha pasado que mientras vas vagueando por ahí sin tener ningún rumbo y de repente encuentras algo que resulta ser que era justamente lo que necesitabas?
Si, eso pasa, y me pasa a menudo. Y tengo la sensación de que no soy el único al que le pasa esta situación.
Fíjate que, hace poco estaba hablando con una persona que quiero aprender a escucharlo y tener más intimidad con él cada día más y, publique algo en mis redes, algo que para mí era una simple información que reinteraba la importancia de respetar los procesos. Si, pero no los de cualquiera sino de respectar los procesos propios. Y daba una respuesta firme y contundente que a simple vista, era más que obvio.
Luego de un tiempo, reviso dicha Red social que veo un desborde de like, comentarios y de personas compartiendo este pensar y esto me hizo sentarme un momento a pensar de que posiblemente había dejado de darle me gusta al corazón de la gente.
Hace un tiempo, había tomado la decisión de dejar de subir contenidos motivacionales porque se estaba volviendo un cliché ver a una ráfaga de personas que, nisiquiera cultivan el arte de la lectura pero que se creían más filósofos que el mismo platón pero sobre todo, con una arrogancia desarrollada por un ego mal domado por la dulzura del saber.
Sin querer queriendo una niña dentro de estos comentarios puso algo que, me hizó conectarme con la escencia de un sueño engavetado por una inmadurez y una prepotencia intelectual. Hoy, han tocado el teclado de mi corazón y vuelvo a escribir desde el alma.
Gracias ser humana, gracias por despertarme.